El caballo árabe ha sido fundamental en la formación de las razas del mundo. Se caracteriza por su resistencia, elegancia y belleza.
Uno de los aspectos más significativos es su cabeza, corta y muy fina. Su perfil presenta una línea cóncava con la frente convexa, en forma de escudo. La nariz es pequeña, pero los ollares son amplios. Los ojos son grandes y expresivos. Las orejas son pequeñas. La movilidad de la cabeza está dada, por el arco característico que se forma por la unión del cuello y la cabeza, mientras mayor es este arco el caballo tendrá más facilidad de voltear en cualquier dirección. Su peso oscila entre los 380 y los 430 Kg.
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